Por Gastón Rasquini
Esta es la historia de un hombre llamado Roberto. Él siempre andaba en su avión, que tenía en la parte trasera un cartel que decía prohibido fumar. Un día Roberto se fue a tomar un café y allí conoció a un señor a quien le preguntó:
-¿Cómo te llamás?
- Mi nombre es Juan- le dijo.
Los dos eran muy diferentes. Roberto era flaco y Juan gordo. Roberto le mostró su lindo avión y decidieron salir de paseo. Pasaron sobre un arroyo, un tren y una bandera de color blanca. Tuvieron que aterrizar porque estaba lloviendo. Entraron a una casa abandonada para no mojarse y entonces Roberto le dice a Juan :
-¿Bajamos al sótano?
- Bajemos- le dice Juan.
Entraron lentamente porque Juan estaba temblando de frío. En ese momento Roberto pegó un grito y la puerta se cerró. Había algo detrás del piano. Era un cuerpo que se empezaba a mover. Encendieron la luz y Juan le dijo a Roberto:
-¿Qué es esto? ¡Por Dios! .Se dieron cuenta que era un espantapájaros sentado en una silla eléctrica. Finalmente con bastante miedo se alejaron de la casa y juraron no volver a visitar un lugar abandonado. Sobre todo en días lluviosos.
viernes, 7 de diciembre de 2007
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