Por Amalia Arias Gozurreta
Sebastián no está seguro de pertenecer a esa tribu urbana conocida como «los punks». A los 25 años dejó atrás el atuendo característico del grupo, pero mantiene una «cercanía ideológica, a pesar de las diferencias». En esta entrevista nos cuenta de qué se trata esa visión del mundo y deja en claro que la vestimenta es lo de menos.
El lugar es la Sociedad de Fomento Italiana, en Morón. Es domingo 20 de junio, y la banda que toca es Cadena Perpetua. Uno de sus amigos, Seba, acepta someterse a mis preguntas. Tiene 25 años y trabaja -es uno de los dueños- en la Cooperativa Cultural Salón Pueyrredón. El lugar se encarga de organizar recitales, exposiciones, proyectar películas y demás eventos culturales con la idea de que las personas que concurren a las actividades conozcan otros protagonistas distintos de los que deambulan por los medios masivos de comunicación.
¿Considerás que pertenecés a una "tribu urbana"?
Sí y no. Digamos que en algún momento me vestí como los que se conocen como "punks". Hoy es más bien una cercanía "ideológica" por decirlo así, a pesar de las diferencias. No comparto su fundamentalismo, ni su visión extremista de los hechos.
Contame como surge el "movimiento punk" en el mundo.
Básicamente surge en Inglaterra, en la década del 70. Era un movimiento bastante coherente en su momento, a pesar de que visto a la distancia, tenía varios puntos en conflicto. Por ejemplo, consideraban que querían un cambio, pero no tenían propuestas, solo prestaban oposición. Pedían más tolerancia a la sociedad inglesa, pero ellos mismos no eran del todo tolerantes con quienes, sin oponerse a sus actividades, no participaban en ellas, o con las personas pertenecientes a minorías sociales, como los gays y los negros. Se negaban a tener líderes, y a llevar banderas de cualquier tipo, pero lo que decían gente como Johnny Rotten, Sid Vicious (Sex Pistols) o Joe Strummer (The Clash) era considerado verdad absoluta. En algunas cosas eran contradictorios, quizás por el fervor del momento, pero cero que no hay un movimiento totalmente coherente a lo largo de la historia. En 1977, el movimiento toma más fuerza, es el año del quiebre. A nivel lucha, se incrementan las manifestaciones y protestas, y en consecuencia la represión; y se hace fundamental en sus cuestionamientos al poder la posibilidad de la guerra nuclear. En lo musical, las bandas se empiezan a hacer conocidas en todo el mundo. Paradójicamente, el movimiento surge en Inglaterra y la banda que se transforma en el mayor exponente es norteamericana (Ramones). Ellos no tenían un mensaje explícito, pero a partir de las letras, que hablan de destrucción y soledad, se puede armar la imagen de una sociedad rota.
¿Qué sucede cuando en los 80, las modas cambian?
Lo lógico. Esos tres últimos años de los 70 fueron del punk en todo el mundo. El éxito llegó, y los reclamos fueron prácticamente olvidados. En los 80, la gente estaba cansada de la protesta, de quejarse, buscaba una visión más introspectiva de las cosas, y así surgieron bandas como The Cure, Depeche Mode, Bauhaus, Joy Division y otras que con sentimientos de angustia, depresión y melancolía, entraron en escena y hoy en día siguen vigentes. Por lo tanto, las luminarias de 1977 estaban pasadas de moda. Representaban todo lo que el glamour y el brillo -oscuro, opaco casi- de los ´80 querían ocultar. Entonces, fue el fin de muchas bandas del estilo punk, otras se "aggiornaron" con los nuevos sonidos, y otros probaron mejorar como músicos y buscar nuevas posibilidades. Estos que mantenían sus raíces, son los que hoy siguen tocando.
¿Cuál fue el papel de los anarquistas?
Los anarquistas tenían una movida aparte. Ellos formaron comunidades, en las que vivían "alejados de la sociedad", a pesar de lo utópico que suena. Tenían sus bandas, la más legendaria fue Crass -inglesa, por supuesto-, y no estaban metidos en manifestar y demás. Eran los más temidos en la sociedad, por todos los mitos sobre la anarquía, y paradójicamente, eran los más pacíficos. Suele ser así. En ese momento, a los punks se los "acusaba" de anarquistas, sobre todo a los más violentos. Hoy, cualquier grupo de tres o cuatro amigos disconformes agarran una guitarra, aprenden tres acordes, gritan un poco y pintan una bandera con una "A" de anarquía gigante y se aseguran el público. Es prácticamente un accesorio en el atuendo. Es una moda, pero la mayor parte de ellos creen que la anarquía es descontrol y hacer cualquiera. Dudo seriamente que hayan leído algo, o se hayan informado. El que realmente lo siente o lo piensa, no lo usa como decoración, porque ése no es el fin.
¿Y en nuestro país?
Acá, durante la dictadura era bastante difícil hacer cualquier cosa, sobre todo música que en sí misma era protesta. Alrededor de 1980, Los Violadores eran los que empezaban, muy de abajo. Durante muchos años fueron los únicos que estuvieron. Era la época de Sumo, Soda Stereo o Virus. Una época experimental e introspectiva, como en todos lados. Recién en 1987 empieza Attaque 77, y en ese momento nadie apostaba a ellos. Después llego "Hacelo por mí", que les trajo reconocimiento, y a la vez desvirtuó la idea inicial. Creo que hoy en día están tan cerca del punk como cualquier otra banda de rock. No son una banda que "pertenezca", sin hacer con esto una crítica. Después hay miles de bandas, pero pocas netamente punk.
Antes mencionaste la represión. Contame un poco más de eso...
No hay mucho que decir. En Inglaterra, en esa época, había dos posibilidades. O eras de clase alta, que apoyaba a la conservadora Margaret Tatcher, o eras de clase baja y no podías alimentar ni educar a tu familia. Esa clase, los hijos adolescentes de esa clase, decidieron protestar. Los reprimían porque representaban una verdad que no querían que saliera a la luz, para que la parte de la sociedad que apoyaba a la corona no la conociera. Ni hablar de la imagen que podían dar de Inglaterra, la gran nación europea, al resto del mundo. Como todo movimiento de protesta, fue callado, o eso intentaron. Hubiera sido todo mucho menos relevante sin la represión. Como acá, el problema del 20 de diciembre (de 2001) fue que la policía les tiró los caballos encima a las Madres y de ahí partió todo. Así se fue un presidente. Después, con el tiempo, se analizó si había sido para bien o para mal. En este caso, considero que se fue un inepto para que viniera un narcotraficante. Es todo lo mismo.
¿Cuáles eran las reivindicaciones sociales que pedían en los 70?
Educación, vivienda, trabajo, alimentos, salud, respeto, tolerancia, planes para los desocupados, y que la sociedad no estuviera tan polarizada, es decir, unos pocos con mucho poder adquisitivo, y muchos con miles de carencias. Por supuesto, hoy siguen vigentes. Hoy se negocia con el hambre de la gente. Se festeja porque se abren comedores comunitarios, cuando en realidad habría que lamentarlo, porque significa que el gobernante no cumple con lo que prometió. Se regalan zapatillas para que los chicos puedan ir al colegio, pero con las defensas bajas, están mas tiempo enfermos que sanos; y las escuelas no abren por los asaltos. Entonces, hay algo que no funciona. Por lo tanto, están totalmente vigentes, más aun de lo que creemos.
Cambiemos de tema; el look, ¿en qué se basa?
Las crestas, las hojas de afeitar y demás aluden a lo filoso de la sociedad, lo cortante. El look de la ropa en sí mismo es simplemente porque es chocante, y refleja lo desagradable de la sociedad. Cada movimiento encontró un tipo de atuendo que llamara la atención. No tiene más significado que eso.
¿Gente de qué edades adopta esta estética?
Por lo general, son los más chicos. Empiezan con un alfiler de gancho, y siguen hasta la cresta, los pantalones ajustados, campera de cuero, borceguíes militares, etc. Después todo amaina, y (como es mi caso) queda la cresta. Es bastante relativo, porque no siempre el que está más "vestido" es el que más conoce o el que más apoya o está de acuerdo, y alguien que de repente no parece, tiene conocimiento y esta de acuerdo.
Entonces, ¿ llegamos a la conclusión de que la vestimenta no es todo?
Exacto. Mejor dicho, no es nada. Es una forma de reconocer un grupo de pertenencia, que a una edad determinada suele ser fundamental, pero no dice nada. La gente más comprometida no es la que se pasa todo el día con cara de ogro, sino que desde su lugar intenta hacer algo. Pero a los 15 años, es muy complicado pedir compromiso, sobre todo a una generación hija de los que vivieron la dictadura y sienten que el "no te metás" es la única forma de cuidar a sus hijos.
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