Por Nicolás Zacagnini
En la madrugada del 16 de septiembre de 1976 fueron secuestrados María Clara Ciocchini, Horacio Ungaro, María Claudia Falcone, Daniel Rasero, Francisco Muntanero, Claudio De Acha y Pablo Díaz por los hombres de Ramón Camps.
Fueron torturados en los centros clandestinos de detención de Quilmes y Banfield, sometidos a interrogatorios y destrozados tanto física como psicológicamente.
Estos siete estudiantes lucharon por un boleto estudiantil, por becas y viandas, en la ciudad de La Plata. Muerte y desaparición fue la respuesta de la dictadura.
Gracias a Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes de esa fatídica noche, se pudo rescatar, de a pedazos, la memoria de estos jóvenes que nos llenan de esa magia adolescente que no pudieron destruir sus verdugos.
Fueron torturados en los centros clandestinos de detención de Quilmes y Banfield, sometidos a interrogatorios y destrozados tanto física como psicológicamente.
Estos siete estudiantes lucharon por un boleto estudiantil, por becas y viandas, en la ciudad de La Plata. Muerte y desaparición fue la respuesta de la dictadura.
Gracias a Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes de esa fatídica noche, se pudo rescatar, de a pedazos, la memoria de estos jóvenes que nos llenan de esa magia adolescente que no pudieron destruir sus verdugos.
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