En el invierno de 1978, por la autopista de Buenos Aires que va al Riachuelo, siempre pasaban bicicletas, motos, camionetas, y en especial un auto azul.
Un día, el señor Lucas, fue al Riachuelo para limpiarlo y controlar las aguas. Pero al acercarse vio un cadáver flotando y se puso a pensar ¿cómo llegó hasta aquí?
Fue entonces cuando vio al auto azul que pasaba siempre por la autopista y a su conductor tirando una bolsa negra larga al Riachuelo.
El señor Lucas se asustó, se fue corriendo y se encerró en su casa. Al día siguiente el conductor del auto azul lo fue a buscar y le ofreció 10 millones de pesos a cambio de que no contara lo que había visto y renunciara.
Él, muerto de miedo, aceptó el efectivo y se fue a otra ciudad. Hoy el conductor del auto azul reemplazó a Lucas en su trabajo y sigue tirando cadáveres al río. Pero ahora cambió el color de su auto.
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